ENTRENAMIENTO EN DEVA CON CARMEN CORUJO Y PABLO. Por Bibi

Esta mañana de sábado 1 de Junio, en la que el sol parece que se ha olvidado de nosotros he entrenado por Deva con dos compañeros de excepción, Carmen Corujo y su hijo Pablo. Como os podréis imaginar para mi que soy igual de "mala"corriendo por asfalto que por montaña, entrenar con ellos ha sido todo un desafío, y un auténtico placer.

Comenzamos el recorrido en la Iglesia de Deva y después de unos metros de asfalto encontramos un estrecho sendero que nos lleva, tras unos treinta minutos de subida, a un cruce de caminos con forma de cruz. Ahí giramos a la derecha y continuamos por una pista, que nos lleva al Centro de Interpretación de la Naturaleza del monte Deva. Continuamos por la pista y tras unos metros de asfalto llegamos al área recreativa junto al camino en el que comienza la subida al Pico Fario (731metros). 

Al iniciar la subida por la pista de tierra, una vez pasado el hormigón, podemos ver una preciosa vista del Pico del Sol,y de los Valles de Caldones y Lavandera a la derecha ,y del valle de Rioseco de Caldones a la izquierda. Las cuestas que son bastante duras se hacen mas entretenidas porque encontramos bastante gente en todo el recorrido, una gran cantidad de ciclistas que acuden a una quedada en el Fario,y otros entrenando para una competición que se celebra el domingo.

Después de 10 Km  desde que iniciamos el recorrido en la Iglesia de Deva ,llegamos al Fario y aquí en vez de girar hacia las antenas,giramos a la derecha por una pista y recorremos unos metros mas hasta unas casetas desde las que tenemos unas vistas inmejorables de Pola de Siero, Oviedo, Gijón....Tras unos minutos de descanso emprendemos el camino de vuelta haciendo el mismo recorrido. En total 22 Km en poco menos de 3 horas.

Quiero darle las gracias a Carmen, porque para una principiante como yo en esto de las carreras de montaña, entrenar con una campeona como ella es una pasada. Siempre nos ha dado excelentes consejos y lo mejor de todo es que le encanta lo que hace y consigue transmitir su entusiasmo  y su amor por la montaña a la gente que le rodea. Y de Pablo decir que nunca había entrenado con él, pero viendo a qué velocidad bajó del Fario, está claro que ha heredado los genes de su madre.